Cómo restaurar una bicicleta clásica
Restaurar una bicicleta clásica es un proceso que requiere dedicación, paciencia y ciertos conocimientos de mecánica básica. Además, la elección de los componentes, accesorios y su combinación implica una cierta dosis de buen gusto y estilo.
Hay muchos motivos para llevar a cabo esta labor, por nostalgia o por disfrutar de aquella bici con la que siempre soñaste en tu infancia. En cualquier caso, trabajar en su restauración será una gran experiencia y te permitirá crear una exclusiva bicicleta vintage, única e irrepetible.
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Investiga tu modelo de bicicleta clásica
El primer paso será investigar el modelo y pensar en tu proyecto de restauración. El objetivo debe ser buscar la compatibilidad de los componentes con el original, así como tener claro qué quieres hacer. Puedes elegir ser fiel al diseño clásico reparando o sustituyendo sus componentes por unos nuevos. Sin embargo, también puedes conservar el aspecto original, aunque modernizándola y mejorando su funcionalidad.
Evaluación de los componentes de tu bicicleta clásica
Evaluar los componentes deteriorados es la parte más importante de todo el procedimiento. La práctica la totalidad de las piezas son susceptibles de ser restauradas y reparadas. En algunas ocasiones, los daños se ven a simple vista y, en otras, es necesario probarla o desmontarla para detectarlos.
En líneas generales, las piezas de desgaste como los frenos, las cubiertas de las ruedas o las cadenas deben ser sustituidas. Esto es fundamental para asegurar un buen frenado y para mejorar el agarre de la rueda. El sillín, por ejemplo, suele ser otro de los elementos que más sufren con el paso del tiempo. De manera general, se recomienda incorporar complementos que mejoren la funcionalidad del sistema.
Comprueba el óxido de las piezas y asegúrate de que no estén dobladas o dañadas por los golpes. Anota las medidas de todos los componentes que quieras reemplazar. Lo más relevante es confirmar que las nuevas piezas son compatibles para garantizar el funcionamiento, pero, sobre todo, la seguridad.
Componentes para bicicletas clásicas
- Bielas: Son uno de los elementos más valiosos de la transmisión. Las bielas para ejes de chaveta suelen ser las más habituales en las bicis antiguas y clásicas de paseo.
- Cubiertas: Los neumáticos son los puntos de apoyo con el suelo y están pensados principalmente para entornos urbanos.
- Cubrecadenas: Aportan un toque clásico vintage. Los puedes encontrar en acero y aluminio.
- Frenos: Son uno de los componentes imprescindibles para afianzar la seguridad y evitar accidentes de tráfico. Hay muchos tipos de frenos, pero los v-brake y calipper son los más utilizados en el ámbito urbano.
- Guardabarros: Durante la marcha, protegen del agua, polvo o barro que levantan las ruedas.
- Manillar: Constituye el complemento de agarre y equilibrio para controlar la dirección. Las formas clásicas incluyen manillares cromados, en acero o en aluminio. Debes revisar asimismo la dirección y la potencia.
- Pedales: Forman parte del sistema de transmisión y con ellos impulsamos el movimiento. Se puede optar tanto por un pedal clásico como por uno más robusto.
- Ruedas y llantas: Hay alternativas para adquirir las medidas clásicas, pero también se puede aprovechar para cambiar a una más actual.
- Eje pedalier: Hace girar los pedales y transmite la fuerza a la cadena para avanzar.
- Sillines: Existen versiones nuevas del sillín clásico de muelles para conservar el estilo y la comodidad. Se fabrican en cuero o piel y en materiales sintéticos. La tija une el sillín con el tubo del asiento en el cuadro.
Proceso para restaurar una bicicleta clásica
Una vez revisados los componentes, la complejidad de la restauración dependerá del deterioro de tu bicicleta clásica y del nivel de transformación que hayas planeado.
Desmonta la bici
En general, se recomienda desmontarla entera, especialmente cuando hay una gran presencia de óxidos. Así, se limpia y repara cada pieza o componente por separado y en profundidad. De igual modo, resulta de gran utilidad hacer fotografías de todo el proceso para facilitar el montaje posterior.
Elimina el óxido
Si el cromado de las piezas no está muy deteriorado, una opción es la limpieza de la superficie de óxido. Para ello, es preciso lijar y dejar la superficie lisa. No obstante, con el aseo a veces se pierde brillo, por lo que algunas personas prefieren el cromado.
Es crucial que tengas en cuenta el coste. Calcula la inversión en la restauración de la pieza para ver si es más conveniente sustituirla directamente.
Pinta el cuadro
El tratamiento del cuadro es muy relevante a nivel estético. Si no hay demasiado óxido, puedes intentar quitarlo de manera local. En ocasiones, aplicando productos de limpieza específicos y un buen secado a mano,, obtienes resultados excelentes.
El primer paso será decapar el cuadro para eliminar restos anteriores de pintura. Después, añadimos una capa de imprimación y luego de pintura. Es importante utilizar siempre artículos en formato spray para evitar el efecto “brochazo” o marcas antiestéticas.
Asegúrate igualmente de emplear un spray de pintura específico y de calidad. Para darle un toque más vintage y auténtico, antes de lacar la última capa puedes incluir pegatinas clásicas o adhesivos decorativos. Una vez pegados, laca el cuadro con barniz y déjalo secar.
Monta la bici con las piezas nuevas
La última fase y quizá la más delicada del proceso es volver a unir todas las piezas. Vuelve a empuñar las herramientas y ve montando paso a paso todo el sistema. Incorpora los nuevos componentes y ensámblalos con las piezas clásicas. En este punto, puedes optar por añadir nuevos accesorios como: alforjas, cestas, cascos, puños, etc.
Renueva, restaura, crea
La bicicleta es un medio de transporte sostenible y saludable que cada vez más personas eligen para desplazarse por la ciudad. Invertir en una de calidad será, sin duda, una buena inversión. Si precisas más información, Biciclasica.com es una tienda online especializada en ciclismo urbano y bicicletas clásicas.
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